Calambres en carrera: el enemigo silencioso y cómo evitarlo
Casi todos los que hemos corrido una maratón, hecho una tirada larga en trail o competido en bici bajo calor extremo, conocemos esa sensación. El músculo empieza a tensarse, avisa. Luego viene la contracción involuntaria. El famoso "calambre"
Esa molestia inesperada que no avisa, que no perdona y que puede arruinar meses de preparación en un instante
En este artículo no vamos a repetir lo que ya has escuchado mil veces. Vamos a ir más allá. Porque si realmente queremos evitar los calambres, necesitamos entender su origen, aplicar soluciones reales y personalizar cada estrategia.
El problema: los calambres musculares durante el esfuerzo
Un calambre es una contracción muscular involuntaria. Es decir, un fallo neuromuscular. El cerebro envía una orden errónea al músculo, que se contrae sin control.
¿Por qué ocurre esto?
Principalmente por dos razones:
1. Fatiga extrema del sistema neuromuscular. Cuando sometemos al cuerpo a un esfuerzo para el que no está adaptado, el sistema nervioso empieza a fallar. Es un cortocircuito biológico.
2. Deshidratación y desequilibrio electrolítico. No es solo falta de agua, sino un balance incorrecto entre líquido y sodio. Tomar demasiadas sales sin agua suficiente puede ser incluso más peligroso que no tomar nada.
Aquí entra un factor clave: la genética.
Algunos atletas tienen un sistema neuromuscular más sensible; otros sudan más y pierden sodio en exceso. Y en muchos casos, ambas cosas se combinan, como ocurre con atletas de élite como Raúl Butaci, que en condiciones de calor extremo necesita un control quirúrgico de agua, sodio y ritmo para evitar los calambres.
En nuestra experiencia, hay un triángulo fundamental que marca la diferencia entre rendir y colapsar:
Carbohidratos – Agua – Sodio
Cuando uno de los tres falla, los otros se descompensan. Y el calambre aparece.
Ciencia aplicada: de la teoría al producto
En SANTAMADRE hemos explorado distintas formas de interrumpir la reacción neuromuscular que provoca el calambre. Durante nuestras pruebas observamos que estímulos extremadamente potentes en boca, como el vinagre, conseguían ese efecto: el cerebro desviaba su atención hacia el impacto sensorial intenso y el calambre se cortaba.
La clave no estaba en los minerales que contienen, sino en la respuesta neural desencadenada.
A partir de esa comprensión investigamos el principio activo responsable, lo aislamos y lo transformamos en un formato innovador y seguro: la JELLY NO CRAMP, que probamos durante más de un año en corredores de ultrafondo antes de lanzarla al mercado.
Su objetivo no es ser un remedio milagroso, sino una herramienta eficaz para esos momentos críticos en los que la fatiga y el desequilibrio electrolítico amenazan con colapsar el sistema neuromuscular.
Cómo puedes aprovechar esta información
Los calambres no tienen una única causa ni una única solución. Por eso trabajamos siempre desde la personalización.
Ten a mano herramientas específicas como la JELLY NO CRAMP: no es para sustituir la estrategia base, sino para actuar rápido si el fallo neuromuscular aparece en carrera.
Evitar un calambre no es cuestión de suerte. Es cuestión de ciencia aplicada, observación y estrategia. Los minerales como el magnesio pueden ayudar, pero su papel es menor. La realidad es que un calambre es un fallo de sistema, y la única forma de controlarlo es entendiendo cómo responde tu cuerpo en tiempo real.
La buena noticia es que puedes prevenirlos. La mejor es que hoy tienes herramientas para hacerlo.